viernes, 5 de abril de 2013

LOS SIAMESES de Sergio Arrau


Juan!
Te agradeceria, puedas hacer un resumen de la obra Siameses* de Sergio Arrau, para poder incluirlo en el programa de presentacion de esta pieza teatral.
Gracias
Eduardo Navarro
* Tu opinion va a ser muy valiosa, para el resumen oficial.


dom, 31 mar 2013 a las 22:53

Resumen argumental[1]
JA
040413


Sergio Arrau en la AAA durante la presentación de su libro "El Arte Teatral. Teoría y Práctica", junio 16 del 2010

Sinopsis
En el cumpleaños 24 de las hermanas siamesas “Alicia” y “Almendra”, la primera de ellas ―ante los ojos de otra pareja de siameses: “Olga” y “Olegario”― asesina a “Pablo”, hermano siamés de “Paul”, de una puñalada y sin que medie ―aparentemente― ninguna provocación de éste[2]. Tal hecho no acarreará consecuencias ―por lo menos, inmediatas― para aquella [se deja por asumido que los hechos se desarrollan en la casa de las dos siamesas].

Análisis comentado
El texto[3] del chileno Sergio Arrau es breve, unilineal aunque multi-temático y potencialmente crítico. En esa medida, su valor residiría en dos aspectos: 1) en las líneas temáticas, y, 2) en la posibilidad de metaforizar aquellas. Una (probable) puesta en escena tendría que superar la intrascendencia de la línea argumental y hacer visible las alusiones, es decir, más que poner el énfasis en el relato, habría que ponerlo en el discurso, obviamente con los recursos propios del teatro.

El texto como relato
1
Así, un análisis (dramatúrgico) del relato podría ―no sólo― señalar que, por ejemplo, ambas hermanas son pasibles de ser identificadas como pertenecientes a una “clase” económicamente alta [“pitucas”, como se indica en el texto] y que los siameses “Paul” y “Pablo” pertenecerían a una “clase” económicamente inferior [“indios”, como se señala en el texto]: mientras “Paul” es boxeador, “Pablo” en cambio trabaja en una peluquería [el caso de la tercera pareja es peculiar, mientras “Olga” es contadora, “Olegario” es chef de un restaurant que aquella administra; en esa medida, económicamente están por encima del “boxeador” y el “peluquero” “indios”, pero por debajo de las "pitucas"]. Ya veremos luego en el texto como discurso cómo en esta triada de personajes [¿por qué tienen que ser tres?][4], se aludiría a las distancias/niveles sociales [es decir, los de “arriba”, los de “abajo” y los del “medio”, o para decirlo pertinentemente, los “propietarios” que no tienen que trabajar: “Almendra” y “Alicia”, y, los (pequeño) “propietarios” que sí tienen que hacerlo: “Olga” y “Olegario” y “Pablo” y “Paul”, aunque entre estas dos parejas últimas, la diferencia de “caché” es determinante para no entenderlas como iguales, sino más bien como diferentes/desiguales]. Por otro lado, también veríamos cómo en estas tres parejas se estaría aludiendo a una serie de otros temas que son parte de nuestra cotidianidad.

2
Cada una de estas tres parejas ―en tanto estatuto ficcional― son en sí ―si no― unidades dialécticas ―por lo menos― polaridades (básicas): mientras “Almendra” es cucufata y creyente, “Alicia” es sensual y laica; mientras “Pablo” es ―en el mejor de los casos― delicado y sarasa, “Paul” es obviamente tosco y varonil; mientras “Olga” es mujer, “Olegario” es hombre. Por lo menos, las dos parejas centrales [“Almendra”/“Alicia” y “Pablo”/“Paul”], viven en lugares antípodas: la primera en una barrio pituco que no se especifica en el texto, y los dos últimos en un barrio popular como Comas[5]. En esa medida, a partir de esta situación de partida habría que analizar los comportamientos manifiestos y latentes. Habría que señalar entonces que este carácter esquemático ―no sólo― dota al argumento de concisión y elementalidad, sino fundamentalmente lo inscribe dentro del género ―más que farsesco o grotesco― de “juguete cómico”[6].

3
En el desarrollo del eje paradigmático[7] se plantean una cadena de temas desde dos modalidades o niveles del relato: 1) desde la diégesis, en el sentido en el que lo plantea Helena Beristáin[8] y, 2) desde la representación misma, en el sentido de articulación de estructuras narrativas propias del teatro mismo. Más allá que en el texto como discurso expliquemos ambas modalidades, por ahora sólo plantearemos algunos temas[9] desde el personaje o la pareja de personajes que los enuncian y desde el orden en que van apareciendo. Así:
El abuelo de las siamesas [Almirante Besugo[10]] plantea: la Locura [se cree el Almirante Nelson], y, la amenaza de un peligro en ciernes [va en su barco rumbo a Trafalgar; el peligro es intuido por “Alicia”].
Las siamesas “Alicia” y “Almendra” plantean: la imposibilidad de un entendimiento entre ambas [mientras “Almendra” cree en Dios, “Alicia” confía en la ciencia; mientras “Almendra” quiere entrar a un convento, “Alicia” quiere casarse; mientras “Almendra” es una cucufata, “Alicia” es desinhibida], y consecuentemente la imposibilidad de que cada una tenga una vida propia.
Los siameses “Paul” y “Pablo” introducen: la brecha socio-económica con las siamesas anfitrionas, en tono de comedia de situación, de farsa e incluso de grotesco [mientras el varonil “Paul” intenta seducir a la cucufata “Almendra”, la desinhibida “Alicia” lo intenta con el afeminado “Pablo”; mientras las siamesas invitan tragos finos clásicos como whiskie, cognac, ron de Jamaica y tragos femeninos franceses que “Pablo” acepta simplemente, “Paul” en cambio los rechaza por una bebida popular ícono: la cerveza];
La pareja de siameses “Olga” y “Olegario” introducen: el oportunismo “trepón” del pequeño burgués emprendedor que ellos esgrimen como “caché” social con su subsecuente trato “por encima del hombro”, especialmente desde “Olga”; el racismo de lo no-indio hacia lo indio [“Pablo” y “Paul” son de Ayacucho]; y la complejización in crecento del tono de comedia de situación a raíz de la ingesta de licor que habría que entender como sinceramiento de los comportamientos [así, tanto “Almendra” como “Pablo” intentan seducir a “Olegario”, “Alicia” sigue intentándolo con “Pablo”, “Olga” y “Olegario” insultan al peluquero y al boxeador], a tal punto que ―finalmente― “Alicia” introduce el tema del asesinato, apuñalando a “Pablo” que luego muere y “Paul” por su propios medios se va al Hospital para salvarse de la muerte; “Olga” y “Olegario” introducen el tema del espíritu de cuerpo que en término socio-económicos implica que entre pares se tapan todo. Por último, las tres parejas plantean en distintos momentos del argumento y de maneras diferentes el tema existencial de ser siamés [sospechamos que este es un tema tangencial a lo largo de todo el argumento y viene acompañado por el otro tema tangencial: la locura; así, ambos temas dotan entonces a las presencias escénicas  de las dos hermanas y la voz en off del Abuelo de un carácter ―digamos― “siamés”].

El texto como discurso
Todo aquel que pretenda poner en escena este texto tendrá que encontrarle algún sentido que vaya más allá de esta fiesta entre siameses. La literalidad es el punto de partida propuesto por el autor dramático, más no debería ser el punto de llegada del autor escénico, entiéndase la dupla conformada por el director y el grupo de actores. Para que eso sea así, se debería asumir el texto como una metáfora de una realidad distinta que es la que hay hacer visible para los espectadores. Ayudaría mucho para comprender este proceso de metaforización ver, por ejemplo, una película[11] y leer un texto teórico[12].

Por último, no perder de vista que tras el paroxismo intenso y acelerado de la borrachera se manifiesta realmente lo que sienten y piensan los personajes; núcleo de verdad que el alcohol deja aflorar con violencia y vehemencia y cuyo metamensaje es crudamente realista y político: en el Perú, las diferencias económico-sociales implican tal grado de violencia que el estallido del mismo ―en cualquiera de los bandos es cuestión de tiempo. Antes de esa situación mortal, todo ha sido y seguirá siendo un iluso e hipócrita “baile de máscaras”. Y ese núcleo de verdad se asienta en el carácter de clase y de raza[13]. He allí el valor crítico y la contemporaneidad del texto de Arrau.

JA
050413



Notas
[1] Entendemos el argumento como aquella cadena de acontecimientos unidos por una lógica causal que nos presenta un devenir en donde a partir de una situación inicial “a” desembocamos en una situación final “z”, en la cual nada debería seguir siendo igual. Es una estructura narrativa que da cuenta de ese acontecer.
[2] Ya veremos luego, no sólo sí hubo o no una serie de provocaciones, sino fundamentalmente en qué consistía el carácter de tales provocaciones. 
[3] Según Desiderio Blanco y Raúl Bueno, profesores de semiótica de la Universidad de Lima, todo texto es susceptible de ser entendido como relato y como discurso (Véase, Metodología del análisis semiótico, 1983, p. 24).
[4] ¿Por qué tienen que ser tres personajes? Para una dramaturgia psicologista es la cantidad adecuada, por aquello de los roles y juegos (psicológicos) que ya estudió, por ejemplo, el Análisis Transaccional [“Perseguidor”, “Víctima” y “Salvador”; véase James Muriel y Dorothy Jongeward, Nacidos para triunfar. Análisis Transaccional con Experimentos Gestalt, 1976, Fondo Educativo Interamericano]. Sin embargo, preguntarse por las conveniencias de emplear un número par, implicaría considerar como referencia el “matematexto” que Jean Alter aplicara al análisis de “Esperando a Godot”, un texto con cuatro personajes, por más que haya un quinto del cual todos hablan: “Godot” y que finalmente nunca aparece en escena [véase, “Hacia el matematexto en el teatro” en André Helbo, Semiología de la representación, 1978, Barcelona, Editorial Gustavo Gili].
[5] Decir Comas implica: migración, pobreza, basura, emprendimiento, delincuencia, drogadicción, música chicha, pandillas juveniles, “terrucos”… No sólo es un territorio con cerros, también implica una matriz de culturas y de cosmovisiones del mundo.
[6] Desconozco realmente en qué año Sergio Arrau escribe este texto pre-escénico. Pero más allá que luego tenga o no la certeza de la fecha, este texto como escritura dramática es análogo a algunos textos que como juguetes cómicos y/o farsas escribiera Sebastián Salazar Bondy (1924-1965).
[7] Para efectos del análisis, todo texto pre-escénico se puede descomponer en sus dos dimensiones fundamentales: las cadenas de acontecimientos y las cadenas de significaciones, llamadas por los Estudios Teatrales como eje sintagmático y eje paradigmático, respectivamente [véase, Patrice Pavis, Diccionario de teatro, 1998].
[8] Véase Diccionario de retórica y poética, 1995, México, Editorial Porrúa. SE encuentra en línea. 
[9] Para el director colombiano Santiago García “[…] el argumento es la forma como presenta el tema. Equivaldría a la forma del contenido, siendo el tema la sustancia del contenido” (García, 1982: p. 43).
[10] Besugo, según Wikipedia, es el nombre común de una serie de especies de peces.
[11] Véase Gruppo di famiglia in un interno o "Confidencias" (1974) del director italiano Luchino Visconti (1906-1976) [en los años '70 pasaban esta película en los cine-club de aquella época bajo el título de "Cuadro de familia"; pueden encontrar algunas escenas en You Tube]. 
[12] Léase El proceso de transducción escénica de María del Carmen Bobes Naves; les estoy enviando el texto. 
[13] Perder de vista esto es renunciar a hacer visible una gran verdad entre tanta veleidad formal y decadencia imperantes en la escena local.  





CENTRO PERUANO DE TEATRO    


LOS SIAMESES

AUTOR: SERGIO ARRAU
DIRECTOR: EDUARDO NAVARRO IBÁÑEZ


Personajes: Alicia y Almendra
                        Pedro y Pablo
                        Olga y Olegario

Lugar de acción: Amplia sala de casa elegante preparada para una fiesta. Hay adornos, bandejas con bocaditos, bebidas, etc.

VOZ DEL ALMIRANTE BESUGO.- ¡A babor no, imbécil, a estribor! ¡He dicho a estribor porque a babor hay un iceberg! ¿Qué no lo ve? Acuérdate del Titanic. ¡Girar inmediatamente 28 grados a estribor! (ENTRAN ALICIA Y ALMENDRA. SON HERMANAS SIAMESAS UNIDAS POR EL TORAX).

ALMENDRA.- ¿Qué le pasa abuelo, que grita tanto?
ALICIA.-  Está más alterado que de costumbre.
ALMENDRA.- ¿Será por el día de hoy?
ALICIA.- No sé
ALMENDRA.- ¿Se acordará?
ALICIA.- Lo dudo. Él ya no se  acuerda de nada.
ALMENDRA.- Pero no olvida creerse el almirante Nelson. Ahora gritaba algo sobre el Titanic, ¿te fijaste? Y eso paso en el  siglo XX.
ALICIA.- Bueno, si se está acercando a nuestra época quiere decir que va mejorando.
ALMENDRA.- ¿Tú crees?
ALICIA.- Para algo le aplican diariamente tres electroshock.
ALMENDRA.-  Nunca había gritado tanto. Por suerte lo atienden bien sus marineros
ALICIA.- Sus enfermeros.
ALMENDRA.- Es lo mismo, ¿no?
ALICIA.-  Tengo un mal pálpito, Almendra. Un terrible presentimiento. Creo…  No, estoy segura de que algo muy grave va a pasar en el día de hoy.
ALMENDRA.- ¿En nuestro cumpleaños? No seas pájaro de mal agüero, Alicia. ¿Crees que el Abuelo?
ALICIA.- Ayer decía que su flota se estaba acercando Trafalgar. Él como siempre comandando en su buque insignia HSM Victoria.
ALMENDRA.- ¿Y?
ALICIA.- ¿No sabes que el almirante Nelson, el verdadero, murió en la batalla de Trafalgar?
ALMENDRA.- Pero Alicia, el abuelo no es Nelson sino el Almirante Besugo.
ALICIA.-  Claro, nosotras lo sabemos, pero ¿él lo sabe?
ALMENDRA.- ¡No, por favor!
ALICIA.- Cierto que desde hace un año  estamos preparadas.
ALMENDRA.- ¿Cuándo nos confundió con prostitutas?
ALICIA.- Si, y de Madagascar, imagínate que son las peores.
ALMENDRA.-  No me lo recuerdes que estoy a punto de ponerme histérica.
ALICIA.-  Ni se te ocurra. No me gusta tener que golpearte. Quedó bonito todo, ¿verdad? Solo faltan los invitados.
ALMENDRA.- ¿Vendrán?
ALICIA.- Tu siempre con temores. Se te ha agudizado la paranoia.
ALMENDRA.-  Pero ya deberían haber llegado, Alicia.
ALICIA.-  Tranquilízate. ¿Quieres un Valium?
ALMENDRA.- No,  hoy no lo necesito.
ALICIA.- (SUSPIRA). Un año más de vida.
ALMENDRA.- Debimos ir a misa en la mañana.
ALICIA.- ¡Que rápido pasan los años..!
ALMENDRA.- Esta vida mundana se me hace insoportable. ¿Por qué te opusiste a que entrara en las mercedarias? ¿Prefieres las carmelitas?
ALICIA.-  Ni agustinas ni chumbivilcas. He dicho que no y es no. ¿Qué haría yo en un convento? Lo que quiero es casarme.
ALMENDRA.- Sabes que no puede ser. Es imposible separarnos… a menos que un milagro.
ALICIA.- Yo confió en las ciencias y no en milagros.
ALMENDRA.- ¡La ciencia…Bah! Acuérdate del abuelo antes de creerse Nelson, nos llevó  a las mejores clínicas del mundo.
ALICIA.-  Por las puras. Si somos ricas y no puedo casarme, ¿para qué mierda nos sirve la plata?
ALMENDRA.- No hables así.
ALICIA.-  Por último me compro un marido, ya está.
ALMENDRA.- ¡Virgen Santa! ¿Estás loca?
ALICIA.- Yo mando y me casaré.
ALMENDRA.- Pero yo no quiero.
ALICIA.- ¿Acaso digo que te cases tú? Si quieres puedes irte. Yo no te detengo.
ALMENDRA.- ¡Que maligna eres! Si no compartiéramos el hígado, el páncreas y el yeyuno hace tiempo que me habría ido.
ALICIA.-  Entonces no friegues. Ándate y yo me quedo con el hígado, el páncreas y el yeyuno para mi sola.
ALMENDRA.-  ¿Y yo con qué me quedaría?
ALICIA.-  Con un hueco de este porte. ¿Ir al convento? ¡Ni de vainas! Quiero acostarme con un hombre.
ALMENDRA.- ¡Asquerosa! ¡Repugnante! No lo voy a permitir. ¿O esperas que asista a tu luna de miel?
ALICIA.- No tienes más remedio.
ALMENDRA.-  ¿Quieres que vea todas la cochinadas que harán?
ALICIA.-  Cuestión de cerrar los ojos.
ALMENDRA.- ¡Ah! ¿Y cómo van a hacerlo?
ALICIA.-  ¿Qué?
ALICIA.-  Ya veremos cómo. Ese no es tu problema.
ALMENDRA.- Me haces la vida imposible, Alicia.
ALICIA.-  ¿Crees que para mí es agradable estar pegada a ti todo el tiempo, oliendo tú aliento espantoso cuando comes pescado?
ALMENDRA.- ¿Y acaso tú con los sanguches de ajos que te encantan, crees que hueles a perfume?
ALICIA.- He decidido que esta será mi noche… Ahora o nunca. Como sea, conquistaré a Pablito.
ALMENDRA.- ¿A Pablo…?  ¿A ese…?  ¿Estás loca? ¿No sabes que es…?
ALICIA.- Y no te metas, ¿eh?
ALMENDRA.- Dios te va a castigar.
ALICIA.- ¿Más? ¡Imposible!
ALMENDRA.- Aún no te resignas a su voluntad.
ALICIA.-  A su mala voluntad, dirás. ¡Mira que hacernos así!
ALMENDRA.-  Hay que acatar sus designios. Debimos ir a misa esta mañana.
ALICIA.- ¡Métete la misa por… donde te quepa!
ALMENDRA.- ¡Alicia! ¡Te vas a condenar!
ALICIA.-  ¿Acaso ya no lo estoy, Almendra?
ALMENDRA.- Te ruego… Te suplico que celebremos nuestro cumpleaños con alegría.
ALICIA.- Ya está bien. No jodas más.
ALMENDRA.- Se atrasan muchos los invitados.
ALICIA.- Pablo me dijo que iba a cerrar su negocio temprano. Ya debe estar por llegar. (SUENA EL TIMBRE). ¡Él debe ser! (SALEN) 
VOZ DEL ALMIRANTE.- ¿Todavía no llega carta de Lady Hamilton? Me preocupa dejarla sola. Es demasiado bella. Miren, allí pasa un barco correo. ¡Abórdenlo inmendiatamente, bergantes, mal nacidos! (ENTRAN PAUL Y PABLO. SON SIAMESES UNIDOS POR LA ESPALDA)

PABLO.- ¡Que gusto... Almendrita, Alicia...!
ALICIA.- Pasen amigos. Ya empezábamos a preocuparnos
PAUL.- Es que Gilberto no conoce el barrio y teníamos que guiarlo.
PABLO.- Creo que nunca ha salido de Comas.
PAUL.- Para él es como ir a Nueva York.
ALMENDRA.- ¿Gilberto es su chofer?
PABLO.- Algo así. Siempre tomamos su taximoto.
ALICIA.- Siéntense.
PAUL.-  Costó convencerlo que viniera para acá. Como este barrio es tan pituco decía que los tombos no iban a parar.
PABLO.- Y tenía razón, una tombita nos piteo aquí cerca.
PAUL.- Pero al vernos casi se  cae de poto y dijo: sigan no más. (RIÉN)
ALICIA.-  ¿Por qué no nos dijeron? Pudimos haberles enviado nuestra limousine.
PABLO.- Si iba a nuestro barrio, no volvía limousine ni chofer
PAUL.-  Es tal la cantidad de maleantes que hay allá…  ¡Horrible, horrible!
PABLO.- ¿Vendrán muchos invitados?
ALMENDRA.- No, muy pocos.
ALICIA.-  Les agradecemos que hayan venido.
PAUL.- ¡Como íbamos a faltar, Alicita! Deje el entrenamiento solo por Ustedes.
PABLO.- Y Yo el negocio, pese a que el sábado es el dia de mayor actividad.
PAUL.- ¿Y qué me cuenta, Almendrita?. Siempre tan calladita. La esposa ideal, habla poquito. ¿no quisiera salir conmigo?
ALMENDRA.- ¿A dónde?
PAUL.- Al cine. O a bailar.
ALMENDRA.- ¡Como se le ocurre!
ALICIA.- Buena idea. Tú te vas con Almendra y yo con Pablito.
PAUL.- ¡Sale caliente!
PABLO.- Conmigo no cuenten.
ALMENDRA.- Conmigo menos.
ALICIA.- ¿No te gusta bailar, Pablito?
PABLO.- Si, pero… ¿ya olvidaste tu campeonato, Paul?
PAUL.- Cierto, maldita sea. No puedo divertirme, porque si no pierdo la forma.
ALMENDRA.- ¿Forma de qué?
PABLO.- De melón. (SE MUERE DE LA RISA).
PAUL.- Pero a penas gane el campeonato me voy a desquitar.
ALICIA.- (QUE HA PUESTO MUSICA) Pero aquí podemos bailar. ¿Vamos, Pablito?
PABLO.- ¿Tu qué dices, Paul?
PAUL.- Es cosa tuya.
ALICIA.- ¡Que! ¿Tienes que pedirle permiso?
PABLO.- Como es el mayor… mejor baila tu con Alicia y yo con Almendrita.
ALMENDRA:- No quiero.
ALICIA:- ¿Me tienes miedo, Pablito? Ni que te fuera a comer. Bueno, Paul, ya que no hay otro, ¡que nos queda! (LO HACEN. BAILAN, ARRASTRANDO A SUS HERMANOS. ALMENDRA SACA DEL PECHO UN  ROSARIO Y REZA. PABLO SACA UN ESPEJITO E INTENTA SACARSE UN BARRITO).
PAUL.- ¡Qué bien bailas, Alicia! Pareces profesional.
ALICIA.- Quise estudiar ballet. Mi sueño era llegar a bailar algún día. El lago de los cisnes.
PABLO.- ¡Ay, igualito que yo!
ALICIA.- ¿Has visto ballet?
PABLO:- Por la tele. Me emociona hasta las lagrimas la muerte del cisne, cuando moribundo empieza a aletear así. (LO HACE).
ALICIA:- (BURLONA). Tienes condiciones, oye.
PAUL:- ¿Tú crees?
ALMENDRA:- Pero condiciones más de ganzo que de cisne.
ALICIA:- Ven a practicar cuando quieras. Contrate a un maestro ruso.
PAUL:- ¿Ustedes viven solitas en el palacio?
ALMENDRA:- Así es. Somos hijas únicas. Mis padres murieron cuando nos vieron nacer.
VOZ DEL ALMIRANTE:- ¡A babor a toda máquina! ¡Contramaestre, 48 grados a babor! ¿No sabe leer el sectante, pedazo de bruto?
PABLO:- ¡Que tosco! ¿Quién grita así?
ALICIA:- Mi abuelo, el almirante Besugo.
ALMENDRA:- Estuvo al mando de la escuadra en el lago Titicaca.
ALICIA:- ¿Qué quieren tomar? Hay wisky, cognac, ron  de Jamaica, pernot, cointreau.
PABLO:- Yo de eso ultimo. ¿Cómo será?
ALICIA:- ¿No quieres mejor un perfecto amor?
PABLO:- No. Prefiero el coin… ¿Cuánto dijo?
ALICIA:- Cointreau (LE SIRVE).
ALICIA:- ¿Y tú, Paul?
PAUL:- No me gustan los tragos femeninos. Quisiera tomar un par de chelas bien heladas.
ALICIA:- ¿Tomar qué?
PABLO:- Cerveza. Discúlpenlo ¡es tan ordinario!
ALICIA:- En la cocina creo que hay cerveza. Voy a traer. (SALEN).
PAUL:- Deja de maquillarte, Pablo.
PABLO:- ¿Cuándo me he maquillado?
PAUL:- Mientras bailábamos. ¿Crees que no te vi?
PABLO:- No me maquillaba, ¿ya? Me exprimía un granito horrible que me salió.
PAUL:- Eso te pasa por comer tanto pan con chicharrón.
PABLO:- Tengo que recuperar fuerzas, pues. Tus entrenamientos me agotan.
PAUL:- ¿Viste las nalgas de Almendra? ¡Buenazas!
PABLO:- ¡Grosero! ¿No ves que es una muchacha seria?
PAUL:- Esas mosquitas muertas son las peores. Te apuesto a que si la atraco se derrite como helado. Debe ser más ardiente que un horno. Y con esas nalgazas deben tener el horno…
PABLO:- No seas chancho, Paul, por favor. ¿Por qué no te dedicas mejor a su hermana, que tiene pinta de vedette? Y se la ha agarrado conmigo, la muy puta.
PAUL:- Yo estaría bien con cualquier de las dos. O con las dos, mejor. Las tías son vacanazas. Cagan plata.
VOZ DEL ALMIRANTE BESUGO:- ¡Denle 200 azotes al timonel por haberse metido en el canal de Panamá! ¡Vamos de cabeza a las escolleras, carajo! ¡Enderezar rumbo a Trafalgar, caramba!
PABLO:- Me da escalofríos ese loco (ENTRAN ELLAS TRAYENDO VARIAS BOTELLAS DE CERVEZA).
ALICIA:- Aquí hay cerveza.
PAUL:- ¿Heladita?
ALICIA:- Al polo. No hagan caso a los gritos del abuelo. Se pone peor cuando hay cambio de clima.
PAUL:- Ahora sí que la cosa se puso buena. (TOMA UNA BOTELLA Y LA EMPINA)
PABLO:- Cuida tus modales, Paul.
PAUL:- No jodas. (MIRANDO LA MESA) ¿Quién preparo este bistec? ¿Ustedes?
ALMENDRA:- ¿Bistec? No hay.
PABLO:- Buffet, Paul. Se dice bife y no bistec.
ALICIA:- Todito lo hicimos nosotras. ¿Qué tal el perfecto amor?
PABLO:- Delicioso.
ALMENDRA:- La verdad es que nosotras no hemos hecho nada. Todito lo preparo la servidumbre. El cocinero francés se encargo de los bocaditos.
PABLO:- (COMIENDO UNO). Exquisitos.
PAUL:- A mi estas minucias se me quedan en la muela careada. Yo prefiero una buena butifarra con harta cebolla y ají y no vengas a dártela de fino, Pablo. Sé muy bien que preferirías tu sanguchote de chicharrón con harta grasa, aunque te broten espinillas como cancha.
PABLO:- ¡Paul!
ALICIA:- Déjalo y come. Estos de acá son de langosta.
PAUL:- Prefiero los de lancha. (RIE). Langosta – lancha, ¿no es gracioso?
PABLO:- ¿Y qué paso con los sirvientes? Porque supongo que tienen, ¿no?
ALICIA:- Les di permiso. No quiero que nos moleste nadie.
PABLO:- ¡Ay qué miedo! ¿Cuáles son sus intenciones? (ALICIA MAULLA COMO GATA).
ALMENDRA:- ¡Alicia!
PAUL:- ¿Cerramos la puerta con llave? (RIE A CARCAJADAS).
ALICIA:- Claro, y empecemos por sacarnos la ropa.
ALMENDRA:- ¡Alicia! Yo me voy.
ALICIA:- Es broma, tonta.  ¿Tomamos champagne?
PABLO:- ¡Ay, si! Me encanta.
ALMENDRA:- A mi también. Me hace cosquillitas.
PAUL:- ¿Dónde? (PABLO LE DA UN CODAZO Y SE FROTA EL CODO).
PABLO:- ¡Ay!
ALICIA:- ¿Qué paso?
PABLO:- Este Paul que es más duro que una piedra.
ALICIA:- Me encantan los hombres duros.
PAUL:- A sus órdenes, preciosa.
PABLO:- Como es boxeador se lo lleva metido en el gimnasio. El otro día, boxeando con un negrazo, Paul se dio vuelta y me llego un puñetazo en un ojo.
ALICIA:- Pobrecito. ¿A ver?
PABLO:- Ya me cure. Aguanto tener que ir al gimnasio, con ese horrible olor a sudor pero lo terrible es que Paul se inscribió en el campeonato de los barrios, ¿se dan cuenta? No sé que voy a hacer.
PAUL:- ¡Como que no sabes! Eres mi second ¿no?
ALMENDRA:- ¿Qué es eso de second?
PAUL:- Es el que atiende al boxeador dándole aire, agua, curándole las cortaduras…
PABLO:- ¡Qué asco! Yo no sirvo para esas cosas. Estar en el ring me aterra.
PAUL.- ¿Me quejo yo por tener que acompañarte a la peluquería?
PABLO.- ¡Como vas a comparar un ambiente refinado, con perfume a agua colonia… con el olor a sudor de esas bestias!
PAUL.- Bien que te gusta.
ALMENDRA.- ¿Y a Ud., Pablo, no se le ha ocurrido ponerse los guantes?
PABLO.- Yo solo me pongo guantes en invierno, ji , ji
ALICIA.-  Qué gracioso es Pablito.
PAUL.- Salud. (BEBEN). ¿Y? ¿Le hace cosquillas, Almendrita? (PABLO LE DA UN CODAZO Y VUELVE A QUEJARSE)
PABLO.- Voy a comprarme coderas de acero y entonces vas a ver… (TOCAN EL TIMBRE).
ALICIA.- Llegaron más invitados.
ALMENDRA.- Ya era hora. (SALEN)
PABLO.-  Pórtate bien, Paul, como caballero, por última vez te lo digo. No hagas el ridículo con las chicas. ¡Se te ve tan ordinario…!
PAUL.- ¡Ay! ¿Quería que viniera de frac?
PABLO.- Al menos podías haberte bañado.
PAUL.- Me puedo resfriar. Además mañana es domingo.
ALICIA.- (ENTRANDO). Pasen… Olguita, Olegario. ¡Qué bueno que hayan venido!

(ENTRA UNA PAREJA DE SIAMESES UNIDOS POR LA CABEZA LATERALMENTE, EN LAS SIENES)
OLGA.- Disculpen el retraso. Olegario tuvo que terminar uno  soufflés ratonoff para la embajada de Lituania y eso nos atraso.
ALICIA.- Uds. ya conocen a Paul y Pablo, ¿no?
PABLO.- (QUE ES MIOPE) ¿Quiénes son?
PAUL.- (EN SECRETO). Los cabezones. (SALUDOS SURTIDOS).
ALICIA.- Olga y Olegario nos enviaron una torta maravillosa.
ALMENDRA.- Es una verdadera obra de arte.
PAUL.- ¡Ah! De veras que Ud. Es cocinero.
OLEGARIO.- ¡Perdón! Chef.
PAUL.- ¿Y no es lo mismo?
OLGA.- ¡Que ocurrencia! Olegario es nada menos que Cordon Bleu…
PAUL.- ¡Pobre! ¿Y cómo le paso? ¿Se la pegaron por no usar condón?
OLGA.- (A ALICIA) ¿Qué dice este estúpido?
ALICIA.- No le hagas caso.
PABLO.- ¿Ud. También estudio chefería?
ALMENDRA.- No, ella es contadora.
PAUL.- ¿Y qué es lo que cuenta?
OLEGARIO.- Tenemos un restaurante y ella lo administra.
PABLO.- ¿No cocina?
OLGA.- No sé hacer ni un huevo frito. Además el olor de la cocina me repugna.
ALICIA.- Pero sírvanse lo que quieran.
OLGA.- ¿No ha venido más gente?
ALMENDRA.- Alicia no quiso que vinieran más que hermanos siameses. ¡Y cómo somos los únicos que haya en Lima…!
PABLO.- Así estamos en familia.
OLGA.- (MIRANDOLOS CON ASCO). ¿En familia?
ALICIA.- No queremos gente solitaria en nuestro cumpleaños.
ALMENDRA.- Que además nos miran como bichos raros.
PABLO.- ¿Se han dado cuenta que somos siameses bien poco siameses?
OLEGARIO.- ¿En qué sentido?
PAUL.- En que tenemos gustos y aficiones completamente distintos.
ALICIA.- Cierto. Ningún hermano se parece al otro. ¡Qué inteligente es Pablito!
OLGA.- Pero al menos ustedes tienen el mismo sexo. ¿Saben lo desagradable que es para mí entrar al baño de hombres? Claro que ya me acostumbré.
OLEGARIO.- Igual me pasa a mí. ¿Te acuerdas Olga, de la vieja que se puso a gritar?  ¡Hay hombre en el baño! Y me agarro a bastonazos.
ALICIA.- Debería haber baños unisex, ¿no les parece?
OLGA.- Al final llegamos al acuerdo de entrar un mes al baño de hombres y otro mes al de mujeres.
OLEGARIO.- Cuando toca el mes masculino, Olga se pega un bigote para disimular.
PAUL.- ¿Y en el mes de mujeres tú te pones falda?
ALICIA.- Salud.
TODOS.- Salud.
OLEGARIO.- ¿Uds. de donde son?
PABLO.- De Ayacucho. Nuestros padres eran campesinos.
PAUL.- Cuando nos vieron creyeron que éramos obra del demonio y nos dejaron abandonados en la puna.
PABLO.- Por suerte nos recogió el padre Venancio que nos crió más como madre que como padre.
OLEGARIO.- ¿Era maricón?
PAUL.- ¡Cuidado, compadre!
ALMENDRA.- No se meta con Paul que es boxeador.
OLGA.- ¿Y qué paso con el padre Venancio? ¿Se murió?
PABLO.- Si. Fue terrible para nosotros. Entonces entramos a trabajar en un circo.
PAUL.- Recogimos por toda América del Sur.
PABLO.- Pero la tierra llama y con la plata que ganamos pusimos una peluquería en Comas.
ALMENDRA.- Alicia, vamos a buscar la torta.
ALICIA.- Sí, vamos. Es una delicia de chantilly…
OLGA.- Con Almendras, paté fuá, chifón perdu y grasnier chocosse con palatin sucré.
PAUL.- ¿Tanta cosa? ¡Caramba, no va a caber por la puerta! ¿Quieren que le ayude, Alicita?
ALICIA.- No. (SALEN)
PAUL.- Verdaderamente es raro que ningún hermano se parezca al otro. Casi siempre los gemelos son igualitos.
OLEGARIO.- Es que no somos gemelos, sino mellizos.
OLGA.- Alicia y Almendra son completamente distintas.
OLEGARIO.- Lo mismo nosotros.
PAUL.- Almendrita es un amor. Pero su hermana… Mejor no digo nada.
OLEGARIO.- A mí me gusta Alicia.
PAUL.- A mi también. ¡Cuidado, compadre…!
OLGA.- No se que le encuentran.
PAUL.- Por de pronto buen poto.
PABLO.- ¡Paul! ¡Compórtate! ¿Dónde crees que estas?
OLGA.- ¿No sientes como olor a establo, Olegario?
PAUL.- ¿Habrá entrado una vaca?
OLGA.- ¡No, ya se, es olor a indio!
PABLO.- Habrá entrado una vaca. (ENTRAN ALICIA Y ALMENDRA TRAYENDO LA TORTA)
PAUL.- ¡Oh, que belleza, Alicia!
OLEGARIO.- ¿Alicia o la torta?
PAUL.- Las dos. Mejor dicho, las tres.
OLGA.- Hay que encender las velitas de una vez. (ELLA MISMA LO HACE).
PAUL.- ¿Cuántas velitas hay?
ALICIA.- 24
PAUL.- ¡Cómo! ¿Las que faltan se cayeron?
PABLO.- No seas pesado.
OLGA.-  Vamos a cantar el happy birthday. (CANTAN)
ALMENDRA.- (PARTIENDO  LA TORTA) Vamos  a servirnos esta torta que se ve deliciosa.
PAUL.- Yo, paso. Prefiero el trago. La torta me emborracha. ¡Salud!
PABLO.- No tomes mas Paul, que me vas a emborrachar a mí que soy abstemio.
PAUL.- El trago es gratis, ¿no?
PABLO.- Estas cada vez más insoportable, insoportable.
PAUL.- Me dieron ganas de orinar. ¿Dónde hay un árbol?
PABLO.- ¡Paul…!
PAUL.- Ya no aguanto. Al fondo a la derecha, como siempre, ¿no?
PABLO.- Yo no quiero ir… (SU HERMANO LO ARRASTRA Y SALEN).
OLGA.- ¡Que tipos más repugnantes! ¿De dónde salió ese par de maleantes?
OLEGARIO.- No es por nada pero es de lo peor que he visto.
ALICIA.- Pablo es más decente. El insoportable es Paul.
OLEGARIO.- ¿Decente el marica ese? ¿Cómo los conocieron?
ALICIA.- En un match de box.
OLGA.- ¡Vas al box, Alicia!
ALICIA.- Si, ¿y qué?
ALMENDRA.- ¿Comprenden mi sufrimiento? Verme obligada a ir a esos sitios, oír insultos espantosos de una turba grosera…
ALICIA.- (BURLONA). En lugar de cánticos espirituales.
ALMENDRA.- Es un sacrificio que Dios tiene que tomar en cuenta.
ALICIA.- Por supuesto, hermanita. Te vas a ir derechito al cielo.
ALMENDRA.- Si voy yo también irás tú.
ALICIA.- ¿Crees que las almas también están pegadas? Además el cielo es una lata, con gente rezando y tocando la lira. (VUELVEN PAUL Y PABLO)
PAUL.- ¿Quién dijo salud?
ALICIA.- ¡Eso! Salud, ¡y que viva la vida!
ALMENDRA.- No, Alicia, por favor no sigas tomando.
ALICIA.- Hay que asarla bien cuando se pueda, ya que al fin y al cabo la vida es una sola, y después de esta no hay otra.
PAUL.- ¡Esa es de hombre!
ALMENDRA.- Perdónala, Señor, que no sabe lo que hace… (SE PONE A REZAR)
ALICIA.- ¿Dónde está Dios que no lo veo?
ALMENDRA.- ¡Quiero separarme de ti! ¡No quiero vivir  más contigo! ¡No más! ¡No más!
OLGA.- Tranquila, Almendra.
ALICIA.- No te pongas histérica.
PAUL.- Calma, Almendrita.
ALMENDRA.- ¡Quita tus manos apestosas, boxeador! Ojala te noqueen, te quiebren la mandíbula, te…  ¡Ay, perdón!
OLEGARIO.- Paz Almendra, paz. Créame que la comprendo y comparto su desazón ante el destino que nos ha tocado. Pienso que por algo será. Tal vez pagamos injustas culpa de nuestros antepasados, no sé. Pero creo también que finalmente Dios nos va recompensar.
ALMENDRA.- ¿De veras, ángel?
PAUL.- ¿Ángel?
OLEGARIO.- También con Olga nos desesperamos a menudo.
OLGA.- Si, queremos operarnos aunque muramos en el intento.
ALMENDRA.- Para ustedes es posible. Tienen órganos separados, ¿no es asi? En cambio con Alicia compartimos hígado, páncreas y yeyuno.
PABLO.- Como nosotros el único riñón, el colon y el recto.
ALICIA.- El separarse significa que una de las dos se quedara con los órganos. ¿Cuál de las dos? ¿Lo rifamos? ¿Lo tiramos al cara o sello?
OLEGARIO.- No se puede.
ALICIA.- De todas maneras la otra… ¡adiós!
PAUL.- Igual pasa con nosotros. ¿Cuál vive y cual muere? Yo digo que yo, claro, pero me da lástima el pobre peluquero.
PABLO.- Gracias… ¡animal!
PAUL.- Hay que reconocer que somos monstruos.
OLGA.- Eso lo serás tú.
PABLO.- La gente nos mira como bichos.
OLEGARIO.- Como que no fuéramos personas.
ALICIA.- Personas que sienten y aman como cualquier otra.
PAUL.- Bueno, pero al menos Uds. pueden darse la gran vida.
ALMENDRA.- ¿Gran vida?
PABLO.- No tienen necesidad de trabajar.
PAUL.- La pasan bien.
ALICIA.- ¡Idiotas!
PABLO.- No fueron abandonadas en la puna como nosotros.
PAUL.- Ni trabajaron en un circo como fenómenos.
ALICIA.- ¡Salud! Aquí no hay más ni menos afortunados. Hay que olvidar. Hay que soñar. ¡Salud!
ALMENDRA.- Me estoy sintiendo borracha.
ALICIA.- Mejor.
ALMENDRA.- Quiero vomitar.
ALICIA.- Aguántate. ¡A bailar todo el mundo!
PAUL.- ¡Eso! ¡Una cumbia de aquellas que hacen roncha! (BAILAN).
VOZ DEL ALMIRANTE BESUGO.- ¡Los veo! ¡Los veo por el catalejo! ¡Allí está la escuadra enemiga! ¿Ha almorzado la gente? Muchachos: la contienda es desigual. Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo. Espero que esta no sea la ocasión de hacerlo.
PABLO.- (A ALMENDRA). ¿Por qué le dijiste ángel a Olegario?
ALMENDRA.- Porque es igualito a una imagen del arcángel Gabriel.
PABLO.- Sera por eso es que a mi también me gusta tanto. (ARRASTRA A PAUL HACIA EL CHEF).
PAUL.- Déjame, mierda, ¿no ves que estoy bailando? (ALMENDRA TAMBIEN VA HACIA OLEGARIO)
ALICIA.- ¿Dónde me llevas? ¿Al baño?
ALMENDRA.- Voy donde el ángel divino.
PABLO.- Olegario, tú tienes restaurante y yo peluquería. ¿No quieres juntarlos?
OLEGARIO.- ¿Juntar qué?
PABLO.- Lo que tú quieras, malote.
OLEGARIO.- Zafémonos del marica, Olga.
ALMENDRA.- ¡No te vayas, amor!
ALICIA.- ¡Viva la vida! (INTENTA BESAR A PABLO). Te amo, porquería de mierda.
PABLO.- ¡Oye..!
PAUL.- Bésame a mi mejor, mamita. Con el pierdes tu tiempo.
ALICIA.- ¡Sal, asqueroso! (INSISTE EN AGARRAR A PABLO)
PABLO.- No te acerques, yegua inmunda.
ALICIA.- ¿Qué dijiste? Yo hago lo que me da la gana ¿te enteras?
PABLO.- Paul, Esta mujer me está molestando. Olegario, ayúdame.
OLGA.-  ¡Córrete, sidoso!
PABLO.- Fea. Las dos son horrorosas.
ALICIA.- ¿Quién es fea?
PABLO.- Las tres, porque la cabezona es más horrible que todas.
PAUL.- Almendra es preciosa.
PABLO.- Para ti, que eres un idiota.
ALMENDRA.- ¡Arcángel Gabriel, ven a mí! Te invito a mi casa en la playa.
PABLO.- No le hagas caso, Gabriel. Yo te llevare donde quieras.
PAUL.- (A ALMENDRA). Y yo a ti.
OLGA.- ¿Quieres no meterte con mi hermano, indio marica?
PABLO.- Yo no me meto contigo, yegua horrible.
ALICIA.- ¿Qué dice el repugnante invertido? ¡Lárgate de mi casa!
PAUL.- No te pongas así, Alicita. Te juro que en mi próxima pelea me voy a voltear a cada rato para que lo noqueen.
PABLO.- ¡Bruto, bruto! (LE DA CODAZOS).
OLEGARIO.- Ya oíste peluquero. Largarte con tu gorila hediondo.
PABLO.- Anda, cállate, cocinero de chifa y fríete las orejas.
OLGA.- No soporto que un indio hable así de mi hermano.
ALICIA.- ¡Fuera de aquí los dos mugrientos!
VOZ DEL ALMIRANTE.- ¡Al ataque, mis bravos! ¡Ataquen a los franceses con el espolón en ristre! ¡A muerte! ¡Sin compasión con ellos!
ALICIA.- ¡Sin compasión! (TOMA EL CUCHILLO DE LA TORTA Y SE LO ENTIERRA A PABLO). ¡Toma, toma!
PABLO.- ¡Ay, me muero!
ALMENDRA.- ¡Que hiciste Alicia por Dios!
OLGA,- ¿Se muere de verdad? Bien hecho.
PAUL.- ¡Hermano, no! Mira que si te mueres tu también me  muero yo.
PABLO.- Anda rápido… a que te operen...Te regalo…el riñón…y todo lo demás. (MUERE)
PAUL.- ¡No quiero morir si antes ser coronado campeón!
OLGA.- Váyanse al hospital de una vez.
OLEGARIO.- Que los separen sin perder un minuto.
ALMENDRA.- ¡El chofer,  Alicia! Que los lleve en la limousine.
ALICIA.- ¿No te acuerdas que esta de permiso?
OLEGARIO.- Llamare a la asistencia pública. A los bomberos… Que vengan médicos, paramédicos…
ALMENDRA.- Paul, tiene que ser atendido de inmediato.
OLGA.- ¿Paul? Si el que  se muere es el otro.
OLEGARIO.- El otro ya se murió.
OLGA.-Entonces al gorila le queda poco tiempo.
PAUL.- ¡Ay, carajo! Aunque sea en micro llegare al hospital. ¡Aguanta, hermanito, aguanta! (SALEN)
OLEGARIO.- Pobre. Está perdido. ¿No sabe que su hermano ya murió?
ALMENDRA.- ¡Cómo pudiste, Alicia! ¡Cómo pudiste cometer crimen tan terrible!
ALICIA.- No sé que me paso. Oí al abuelo y… ¡El almirante tiene la culpa! Yo no hice más que seguir sus órdenes.
ALMENDRA.- ¿Y ahora que vamos a hacer? ¿Por qué yo tengo que pagar por ti?
OLGA.- No se desesperen, chicas. Nosotros fuimos testigos de que fue un accidente, ¿No es cierto, Olegario? El mismo marica se clavo el cuchillo.
ALMENDRA.- Pero eso no es cierto. Lo mato Alicia. Te va a castigar Dios que lo ve todo.
ALICIA.- Ya no soporto mas. Me voy a tomar el frasco entero de pastillas para dormir.
ALMENDRA.- ¡No! ¡Así te condenas y me condenas! Gabriel, por favor, impídelo.
OLEGARIO.- Alicia, no tienes derecho matar a tu hermana.
OLGA.- Seria un doble… No un triple crimen.
ALMENDRA.- ¡Hay que salvar a Paul
OLEGARIO.- Ese ya se fregó.
OLGA.- Eso les pasa por meterse con indios.
ALMENDRA.- ¡Vendrá la cárcel…! ¡La mazmorra!
ALICIA.- Sera la mazmorra, porque nunca iremos presas, hermana. ¿Para que sea el tío Hernando en la Corte Suprema? ¿Y a la prima Eudocia en el Ministerio
Justicia?
ALMENDRA.- Vámonos al convento, Alicia.
OLGA.- Mejor váyanse fuera del país.
ALICIA.- ¡Eso! A nuestra casa de Miami.
VOZ DEL ALMIRANTE.- ¡Ayayay! ¡Pardiez! ¡Un cañonazo enemigo me voló el brazo izquierdo!
ALMENDRA.- ¿Y vamos a dejar aquí al abuelo?
ALICIA.-  El está en Trafalgar, bien atendido por sus enfermeros.
ALMENDRA.- Pero lo han herido.
OLEGARIO.- Cuanto antes se vayan, mejor. El boxeador las acusará de asesinato.
OLGA.-  No tiene pruebas. Y nosotros, lógicamente, atestiguaremos por Uds.
ALICIA.- Este es el peor cumpleaños que he pasado en mi vida.
OLGA.- Jura que no tomaras  las pastillas, Alicia.
ALICIA.- Lo hare solo por Almendra. No quiero que le pase lo del boxeador…
ALMENDRA.- ¡Ay! A esta hora ya debe estar agonizando. (REZA)
ALICIA.- Cállate, ¿quieres? Oigo llegar a la servidumbre. (A OLGA) No quiero ser descortés, pero ¡lárguense!
OLGA.- Vamos, Olegario. Hasta prontito, queridas.
OLEGARIO.- Aquí no ha pasado nada. (SE VAN)
ALICIA.- (ANTE EL LLANTO DE ALMENDRA). ¿Hasta cuándo vas a berrear? ¿No ves que aquí no ha pasado nada, como dijo Olegario?
ALMENDRA.- Olvidas que Dios lo ha visto todo.
ALICIA.- El tampoco dirá nada, al igual que esa gentuza de medio pelo que ya me tenían harta.
ALMENDRA.- El pobre Paul… (REZA).
ALICIA.- Nadie le hará caso, si es que no se ha muerto ya.
ALMENDRA.- ¡Como puedes ser tan cruel!
ALICIA.- Soy como la vida, no mas y tranquilízate. Para que veas que te quiero, otro día invitare a tu arcángel Gabriel. Lo comprare, si es necesario. Ese será mi regalo. Feliz Cumpleaños, hermanita. Que los cumplas muy felices.
ALMENDRA.-  (LUEGO DE UN LARGO SILENCIO). Feliz cumpleaños. Hermanitas. (SE ABRAZAN).
VOZ DEL ALMIRANTE.- ¡Ay! ¡Me volaron una pierna! ¡Me volaron el otro brazo! ¡Me volaron la cabeza…!

TELON

No hay comentarios:

Publicar un comentario